¿Que es el plasma frío?

El plasma frío, también conocido como plasma no térmico,es una tecnología emergente con numerosas aplicaciones en el ámbito estético.

A diferencia del plasma caliente, que genera chispas y provoca quemaduras superficiales controladas para estimular la cicatrización y renovación de la piel, el plasma frío funciona a temperaturas mucho más bajas. Esto significa que no causa quemaduras ni daño térmico a la piel, lo que hace que el proceso sea mucho menos doloroso y reduce el tiempo de recuperación.

Estas dos acciones combinadas optimizan la entrega de los ingredientes activos en la piel, mejorando así la eficacia del tratamiento.

El tratamiento con plasma frío genera múltiples beneficios para la piel:

Importante

Es importante subrayar que, aunque el tratamiento con plasma frío se considera generalmente seguro y eficaz, siempre debe ser administrado por un profesional cualificado. Asimismo, es esencial seguir las recomendaciones para el cuidado posterior al tratamiento, con el fin de obtener los mejores resultados y minimizar el riesgo de efectos secundarios.

Fundamentos

del Plasma Frío

El plasma es uno de los cuatro estados fundamentales de la materia, que se suma a los estados sólido, líquido y gaseoso. Se origina cuando un gas se ioniza, lo que sucede cuando los átomos de un gas adquieren o pierden electrones, dando lugar a una mezcla de partículas cargadas que incluye iones y electrones.

El "plasma frío" es una categoría de plasma que se produce a temperaturas comparativamente bajas. A pesar de que pueda parecer una contradicción, el término "frío" en este contexto se refiere a la temperatura de los iones pesados en el plasma, que se mantienen relativamente fríos en contraste con los electrones.

En el ámbito de la estética, el plasma frío se emplea en una variedad de tratamientos dérmicos, que van desde el rejuvenecimiento hasta el resurfacing o renovación de la piel.

¿Cómo funciona el tratamiento de plasma frío?

El tratamiento de plasma frío se realiza mediante un dispositivo especializado que genera plasma frío y lo aplica directamente sobre la piel. Cuando este plasma frío entra en contacto con la superficie cutánea, desencadena una reacción que resulta en la formación de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno (RONS, por sus siglas en inglés).

Estas especies reactivas desempeñan un papel bioestimulante, pudiendo estimular la regeneración de la piel y fomentar la producción de colágeno y elastina, proteínas esenciales para mantener la elasticidad y firmeza de la piel.

Además, la aplicación de plasma frío puede generar microcanales temporales en la piel, facilitando así una mejor absorción de ingredientes activos y potenciando los efectos del tratamiento.

En conclusión, el tratamiento con plasma frío puede contribuir a la mejora de la textura, tono y elasticidad de la piel, así como reducir la apariencia de arrugas y líneas finas. También puede ayudar a tensar la piel flácida y mejorar la apariencia general de la piel.