La Consulta en Medicina General está diseñada y orientada en el cuidado de la salud integral, para poder tratar patologías de baja complejidad de manera oportuna y fomentar un estilo de vida saludable.

La Consulta en Medicina General es el primer paso para el diagnóstico, tratamiento y recuperación de cualquier condición de salud. Nuestros médicos generales tratan casos de baja complejidad, solicitan exámenes diagnósticos o remiten a especialistas cuando sea necesario.

Es una evaluación integral de la historia clínica del paciente (sus dolores y síntomas) y del examen físico, que a menudo revela o ayuda a poder saber cuál es la enfermedad o el problema del paciente. Usualmente se realiza en 30 minutos. Es la parte más importante para orientar adecuadamente el estudio y tratamiento de un paciente. 

¿Qué es una consulta general?

"La consulta médica es un proceso complejo y multidimensional, centrado en la relación médico-paciente, pero además es pieza clave para brindar el apoyo en cuanto a las necesidades de salud-enfermedad, sufrimiento e incertidumbre que tiene un sujeto cuando se ve afectada su integridad física, humana y emocional" 

La consulta médica es el primer paso para diagnosticar, tratar y recuperar cualquier condición de salud. El médico general puede tratar enfermedades de baja complejidad o remitir al paciente a un especialista si es necesario.

¿Con qué frecuencia debo visitar al médico?

La frecuencia con la que debes visitar al médico depende de tu edad, salud y si tienes enfermedades crónicas. 

Si eres joven y tienes buena salud, puedes visitar al médico cada año. Si tienes más de 50 años, se recomienda que lo hagas una vez al año. 

Si tienes enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión, asma o VIH, debes visitar al médico cuando aparezcan nuevos síntomas. 

También debes visitar al médico si tienes síntomas como: 

• Fiebre.

• Dolor intenso o persistente.

• Cambios en los hábitos intestinales.

• Micción frecuente o dolorosa.

• Cambios en la piel.

• Pérdida de peso inexplicable.

• Fatiga.

• Cambios en el estado de ánimo.

• Dificultad para respirar.

• Bultos en el cuerpo.

En caso de síntomas de alerta, como falta de aire, dolor en el pecho, mareos, pérdida del equilibrio, hemorragias, envenenamiento o reacción alérgica, debes acudir de inmediato a tu médico.